En Casa Beaumont no solo hacemos joyas, utilizamos las tecnologías humanas para producir piezas de una enorme belleza. Inteligencia, creatividad y avance hacia un futuro en el que las personas no sufren y nuestro planeta no se destroza. Lucir nuestras joyas es un testimonio de responsabilidad y bondad, que unidas a la belleza, muestran la auténtica elegancia.

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Por qué elegimos trabajar con diamantes cultivados:

1. Ética: Problemas tan reales y graves como la explotación infantil acaban si el tráfico ilegal de diamantes termina. Nuestros diamantes no se minan, se generan en una industria limpia y controlada, evitando el maltrato y los abusos.

 

2. Sostenibilidad: Los diamantes de laboratorio son una elección respetuosa con el medio ambiente, ya que no implican la minería de la tierra ni levantamientos de fondos marinos como está ocurriendo en las cosas de África.

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3. Pureza y calidad: Los diamantes de laboratorio a menudo son más puros y tienen menos inclusiones visibles, lo que los convierte en una elección excelente para quienes valoran la claridad y la calidad de la gema.

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Comparación con los Diamantes Naturales:

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La única y real diferencia entre los dos tipos de diamantes es su origen. Los diamantes naturales se forman bajo condiciones geológicas extremas a gran profundidad en la Tierra, mientras que los diamantes de laboratorio se crean en un entorno controlado por el ser humano. A pesar de su origen artificial, los diamantes de laboratorio tienen una estructura cristalina idéntica a la de los diamantes naturales, lo que les otorga las mismas propiedades ópticas y físicas que los hacen tan valiosos. En otras palabras, son idénticos.

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Existen dos maneras de identificar los diamantes de laboratorio:

• Emisión de carbono-14, un isótopo radiactivo del carbono que se utiliza para fechar objetos arqueológicos y geológicos.

• Un número de identificación grabado en tamaño microscópico en los propios diamantes, coincidiendo con el número que se les asocia en su correspondiente certificado.